Momentos Bisagra | La paradoja de la abundancia cognitiva: cuando más acceso significa peor pensamiento
Cómo la IA está creando una nueva escasez que nadie ve venir: la capacidad de pensar por uno mismo
“Me lo dijo ChatGPT, así que lo dejé”
Últimamente me pasa algo en consultoría que me inquieta profundamente.
Un empresario llega con un documento trabajado con IA. Una estrategia, un análisis, un plan. Me lo presenta con cierto orgullo: “Lo he preparado con ChatGPT”.
Lo reviso. Y, muchas veces, no hay por dónde cogerlo.
Inconsistencias con la estrategia que llevamos meses construyendo. Supuestos que no aplican a su realidad. Conclusiones que suenan bien, pero no resisten dos preguntas.
Y aquí viene lo inquietante: ellos también lo ven. Cuando lo analizamos juntos, reconocen que algo no encaja.
Pero lo habían dejado así… porque lo dijo la IA.
No es un problema de la herramienta. Es un problema de criterio. O más bien, de su ausencia.
Estamos en la era de la abundancia cognitiva: respuestas infinitas, contenido ilimitado, análisis instantáneos.
Pero esa misma abundancia está creando una nueva escasez que pocos ven venir: la capacidad de pensar por uno mismo.
El patrón histórico: cuando la abundancia se convierte en amenaza
A lo largo de la historia, cada vez que algo escaso se volvió abundante, emergieron problemas que nadie anticipó.
El patrón es consistente:
Una escasez histórica se resuelve con nueva tecnología
La abundancia genera euforia inicial (”problema resuelto”)
Emergen consecuencias no previstas de esa misma abundancia
La nueva escasez es más sutil y difícil de resolver que la original
Este patrón se ha repetido en:
Comida (siglo XX): La industrialización resolvió el hambre en Occidente. Pero la abundancia de comida procesada creó la epidemia de obesidad. El problema dejó de ser conseguir calorías y pasó a ser saber qué comer.
Información (1990s-2000s): Internet resolvió el acceso a información. Pero la abundancia creó desinformación, fake news y parálisis por análisis. El problema dejó de ser encontrar datos y pasó a ser discernir cuáles importan.
Conexión social (2010s): Las redes sociales resolvieron la conexión. Pero la abundancia de “conexiones” creó la epidemia de soledad. El problema dejó de ser contactar personas y pasó a ser tener relaciones reales.
La diferencia crítica: con la IA, la abundancia es cognitiva. No solo tenemos acceso a información, tenemos acceso a pensamiento procesado. Y eso lo cambia todo.
Estamos en el punto de inflexión de la abundancia cognitiva
Si la IA está siguiendo el patrón histórico de abundancia, significa que estamos en el momento donde la euforia inicial oculta las consecuencias que vienen.
Hoy celebramos que cualquiera puede generar estrategias, análisis, contenido y decisiones con IA. “Democratización del conocimiento”, lo llamamos.
Pero nadie está hablando de lo que esa abundancia está atrofiando silenciosamente: el músculo del pensamiento propio.
Porque pensar es como cualquier otro músculo. Si dejas de usarlo, se atrofia.
Y cuando tienes respuestas instantáneas disponibles para todo, la tentación de no pensar es enorme.
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