Pulso IA #20 | El fiasco de GPT-5
La publicación semanal de Amplify: ensayos, comunidad y herramientas para ampliar tu ventaja estratégica con IA
Feliz lunes.
En solo una semana, lo que debía ser el mayor salto de OpenAI en dos años ha tenido que dar marcha atrás. GPT-5, lanzado como un modelo unificado y “automático”, ha sido degradado de modelo por defecto a opción secundaria tras una avalancha de quejas por errores de enrutado y caídas de rendimiento.
Y no ha sido el único movimiento que podría reconfigurar el tablero de la IA.
🗞️ En este número:
OpenAI recula
Perplexity intenta comprar Google Chrome por 34.500 millones
Anthropic equipa a Claude con memoria
Gemini también gana memoria personal y más capacidad de “Deep Think”
La IA puede cambiar tu opinión política en menos de 10 minutos
¿Hay futuro para la consultoría?
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Latidos de la semana
OpenAI recula: GPT-4o vuelve a ser el modelo por defecto
Apenas una semana después del lanzamiento de GPT-5, Sam Altman ha devuelto GPT-4o al centro del escenario para todos los planes de pago, eliminando el selector de “modelos heredados”.
La reacción llega tras quejas por errores de enrutamiento y variaciones de rendimiento. GPT-5 no desaparece, pero pasa a ofrecer tres modos manuales: Auto, Fast y Thinking (este último limitado a 3.000 mensajes semanales).
OpenAI promete “aviso suficiente” antes de retirar GPT-4o otra vez, y ya adelanta que GPT-5 tendrá pronto un tono más cálido y opciones de personalización. En paralelo, la compañía doblará su capacidad de cómputo en cinco meses para aumentar límites, ampliar la API y mejorar el plan gratuito.
Fuera del núcleo LLM, Altman ha cofundado Merge Labs, un brain–computer interface de 850M$ para competir con Neuralink, con enlaces neuronales de alta velocidad impulsados por IA. Es un movimiento que conecta con su predicción de 2017: “Seremos la primera especie que diseña a sus propios descendientes”.
Perplexity lanza una oferta de 34.500M$ por Google Chrome
En un golpe que podría redefinir la guerra por la búsqueda, Perplexity ha ofrecido 34.500 millones de dólares por Chrome, casi el doble de su propia valoración (18B$).
La jugada se apoya en que Google podría verse forzado a desprenderse del navegador tras un fallo por monopolio en 2024. Con un 60% de cuota global y 3.500 millones de usuarios, Chrome es la puerta de entrada a un negocio publicitario de 2 billones de dólares.
Perplexity promete mantener Google como buscador por defecto pero facilitar el cambio. Su navegador Comet, con procesamiento híbrido local-nube y soporte para GPT-4o, Claude 3.5 y Gemini 2.5 Pro, aspira a ser un “sistema operativo cognitivo” con resúmenes instantáneos, automatización de pestañas y Q&A en página.
Si prospera, el acuerdo daría a Perplexity distribución masiva inmediata y podría alterar el equilibrio de poder en la búsqueda con IA. Google, de momento, se opone frontalmente, alegando riesgos para la innovación, la privacidad y la integración de servicios.
Anthropic refuerza Claude: memoria bajo demanda, contexto de un millón de tokens y ofensiva federal
Semana de movimientos agresivos para Anthropic. La compañía ha lanzado una memoria bajo demanda para Claude que permite buscar, recuperar y resumir conversaciones anteriores por proyecto o espacio de trabajo. A diferencia de la memoria persistente de ChatGPT, esta solo se activa cuando el usuario lo solicita, y ya está disponible para planes Max, Team y Enterprise.
En el plano técnico, Claude Sonnet 4 multiplica por cinco su ventana de contexto en API hasta un millón de tokens —el equivalente a 2.500 páginas de texto o más de 75.000 líneas de código.
En el frente comercial, Anthropic entra de lleno en la carrera por contratos públicos en EE. UU., ofreciendo Claude a agencias federales por 1 $ —igualando la táctica de OpenAI— en un pulso por ganar presencia en el sector público antes de que se definan los grandes adjudicatarios de IA.
Gemini añade memoria automática y más músculo para tareas complejas
Google ha incorporado a Gemini una función de Personal Context que recuerda de forma automática tus preferencias y conversaciones previas para ofrecer respuestas más adaptadas, sin necesidad de repetir instrucciones.
Además, aumenta los límites de uso de Deep Think, su modo de razonamiento extendido, permitiendo afrontar más problemas complejos sin chocar con las barreras diarias. Es un paso para acercar Gemini al uso continuo en entornos profesionales donde la persistencia y la capacidad de procesar profundidad de contexto son clave.
En debate
La IA ya puede cambiar tu opinión política en menos de 10 minutos
Un estudio del AI Security Institute (AISI) del Reino Unido ha puesto cifras a algo que muchos intuían: los modelos más avanzados de OpenAI, Meta y xAI pueden modificar la postura política de una persona en menos de 10 minutos de conversación… y el efecto dura semanas.
Los resultados inquietan. GPT-4o, por ejemplo, resultó ser un 41% más persuasivo que un mensaje estático. Cuando el chatbot adaptaba sus argumentos a la edad, género o ideología previa del usuario, la persuasión subía otro 5%. Un mes después, entre el 36% y el 42% de los participantes mantenía la nueva opinión.
La clave no está en un truco retórico puntual, sino en volumen y personalización: los modelos generan grandes cantidades de evidencias relevantes, las estructuran con claridad y las ajustan a las creencias previas de cada interlocutor.
Las implicaciones van mucho más allá de la política. Esta capacidad puede convertir a la IA en el mejor vendedor del mundo: capaz de cambiar actitudes hacia una marca, posicionar un producto y guiar decisiones de compra de forma sostenida. No es casual que cada vez más profesionales de marketing y ventas utilicen IA para diseñar mensajes con máximo impacto.
Pregunta incómoda
¿Puede la consultoría sobrevivir a la era de la IA?
El sector de la consultoría mueve 300.000 millones de dólares al año y ha capeado recesiones, burbujas tecnológicas y modas de gestión. Pero hay quien cree que la inteligencia artificial puede ser la disrupción definitiva.
El golpe más claro es al modelo de negocio: la facturación por horas. Herramientas como ChatGPT o Claude reducen semanas de análisis a minutos, erosionando el valor de cada hora facturable.
“Cobras por tiempo, y cuando el tiempo desaparece, tienes que cambiar el modelo comercial”, resume Tom Rodenhauser, de Kennedy Intelligence.
El giro ya ha empezado. McKinsey ha recortado más de un 10% de su plantilla en la mayor reestructuración de su historia y ha desplegado 12.000 agentes de IA, con más del 40% de sus ingresos ya procedentes de proyectos de inteligencia artificial.
Palantir y OpenAI, por su parte, están asaltando el terreno tradicional de las consultoras, integrando IA en procesos críticos de negocio sin pasar por intermediarios.
Los defensores del sector insisten en que la consultoría es más que informes y presentaciones: un buen consultor sabe diagnosticar problemas haciendo las preguntas correctas a las personas adecuadas en el momento preciso. Esa capacidad de escucha y síntesis no se sustituye solo con algoritmos.
Pero ahí hay un ángulo incómodo.
Para cualquier empresa —incluidas las tuyas—, la pregunta no es si la consultoría tradicional sobrevivirá, sino qué parte de su valor real estás pagando… y cuál podrías construir tú mismo con IA.
— El equipo de Amplify
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