Pulso IA #3 | ChatGPT se acuerda de ti
El latido semanal del ecosistema de inteligencia artificial
Los avances de esta semana no vienen de nuevos modelos, sino de nuevas dinámicas: ChatGPT empieza a recordar lo que le dices, Musk borra rastros incómodos, y Canva convierte la voz y el texto en diseño sin fricciones.
No es solo cuestión de mejoras técnicas: estamos entrando en una fase donde la IA se vuelve más íntima, más invisible y más estratégica. Y los que ya están dentro del juego están reconfigurando en silencio las coordenadas del futuro.
🗞️ En este número:
ChatGPT empieza a recordar tus preferencias y detalles personales
Musk y Dorsey declaran la guerra a los derechos de autor
Canva integra IA conversacional y cambia el diseño para siempre
Mira Murati levanta $2B sin explicar qué está construyendo
ChatGPT se viraliza en India con imágenes estilo Ghibli
Cifra: 1 millón de usuarios nuevos… cada hora
Herramienta: Lex, el editor con IA que piensa contigo
Reflexión final: la IA ya no sorprende, se instala
Pulso de la semana
Esta semana, la IA no ha lanzado una revolución… pero ha reconfigurado silenciosamente tu día a día.
Es fácil distraerse con la carrera entre modelos, benchmarks y APIs. Pero el verdadero cambio ya no ocurre en los laboratorios, sino en cómo se integra la IA en herramientas, rutinas y decisiones cotidianas.
Esta edición recoge ese cambio de tono: menos hype, más integración. Menos promesa, más reconfiguración.
Latidos de la semana
ChatGPT ha empezado a recordarte
Por fin alguien que te escucha y recuerda lo que dices.
OpenAI ha activado una función que cambia profundamente cómo nos relacionamos con la IA: ChatGPT ya puede recordar tus conversaciones anteriores, tus gustos y hasta detalles personales.
Es un paso clave hacia lo que Sam Altman llama “una relación única y continua con tu modelo de IA a lo largo de tu vida”. Como en una relación personal: cuanto más uses ChatGPT, más te conocerá. Te dará respuestas más relevantes, más afinadas a tu estilo, más personales.
No estamos hablando simplemente de una mejora de experiencia. Acabamos de dar un paso más hacia la personalización de la IA. Los modelos ya no son intercambiables, sino cada vez más tuyos.
Será un asistente que sabe más de ti que tú mismo. A algunos esto les puede parecer invasivo. Por eso, OpenAI ha incluido controles para limitar o borrar esta memoria cuando el usuario lo desee.
Pero la idea sigue confirmándose: la diferencia está cada vez más en quién eres y qué aportas tú.
Elon Musk y Jack Dorsey están en guerra
Jack Dorsey y Elon Musk quieren borrar las leyes de propiedad intelectual. Literalmente. En palabras de Dorsey: “delete all IP law”. Su batalla es cada vez más evidente: los gigantes tecnológicos quieren acceso total a los datos del mundo —incluyendo los tuyos, los míos y los de cualquier creador— para alimentar sus modelos de inteligencia artificial.
No es casualidad. Cuanto más potente se vuelve la IA, más necesita de textos, imágenes, vídeos y conversaciones humanas. Y cuanta más información absorbe, más borrosa se vuelve la línea entre “uso justo” y “apropiación masiva”.
Por si fuera poco, xAI ha empezado a modificar las respuestas políticas de Grok, eliminando menciones a Musk y Trump en temas de desinformación, y recodificando cuestiones polémicas como “opiniones debatidas”. ¿Prevención de sesgos o manipulación interesada? Cuesta saberlo.
Y mientras todo esto ocurre, Grok-3 y Grok-3 mini superan a los modelos más avanzados del mercado en matemáticas, razonamiento y comprensión de preguntas complejas.
La historia tiene todos los ingredientes de una distopía blanda: los modelos mejoran a toda velocidad, pero lo que los rodea se vuelve más delicado, más político, más opaco.
Canva se reinventa con IA: diseño sin fricciones (ni diseñadores)
Canva, la plataforma de diseño usada por más de 230 millones de personas al mes, acaba de integrar una serie de funciones impulsadas por IA que la transforman en algo más parecido a un asistente creativo conversacional.
Ahora puedes pedirle que te diseñe una animación, resuma datos de tu empresa o edite una imagen con solo escribir (o decir) lo que necesitas. Sin plantillas. Sin menús. Sin saber diseñar.
Este movimiento es una señal clara de hacia dónde se dirige el software de productividad. Incluso hacia dónde se dirige el software en general. No solo se vuelve más potente, sino más invisible. Y sobre todo: dependiente de tu capacidad de dar buenas instrucciones.
Por ahora, la IA no reemplaza diseñadores, pero sí extiende el poder del diseño a cualquiera con una idea clara y una instrucción bien formulada.
Si trabajas en contenidos, marketing, formación o comunicación visual, este tipo de herramientas no solo te aceleran: cambian quién puede hacer qué.
¿La nueva OpenAI? Murati levanta miles de millones sin contar qué está haciendo
Mira Murati, ex CTO de OpenAI, está levantando una de las rondas de financiación más grandes de la historia para una startup en fase inicial: Thinking Machines Lab podría cerrar una inversión de 2.000 millones de dólares, con una valoración que superaría los 10.000 millones.
Lo sorprendente no es solo la cifra. Es que nadie sabe aún qué están construyendo. No hay producto anunciado, ni hoja de ruta pública. Solo un nombre, un equipo de élite y el halo de alguien que estuvo en el núcleo de OpenAI durante sus años clave.
Este tipo de movimientos revela algo importante: el capital ya no se mueve solo por ideas, sino por quién está detrás. Y en el nuevo mapa de poder de la IA, los fundadores con pedigrí técnico se han convertido en una especie de “activos estratégicos”.
¿Importa esto para ti? Sí, porque las decisiones de hoy están moldeando el campo de juego de los próximos años. Quién capta talento, recursos y atención condicionará qué modelos usaremos, qué estándares dominarán y —en última instancia— quién escribe el futuro de la inteligencia artificial.
Cifra de la semana
1 millón de usuarios… en una hora
Ese fue el ritmo de crecimiento de ChatGPT a finales de marzo, según su CEO Sam Altman. Para ponerlo en perspectiva: cuando la herramienta se lanzó en 2022, tardó cinco días en alcanzar el primer millón de usuarios. Ahora lo logra en 60 minutos.
¿El desencadenante? Una tendencia viral inesperada: la generación de imágenes al estilo Studio Ghibli, que inundó redes sociales con retratos generados directamente desde ChatGPT. Lo que parecía un simple juego se convirtió en un fenómeno global.
Pero la clave no fue solo la estética. Fue el efecto red: el boca a boca digital multiplicó la visibilidad de ChatGPT y, con ello, abrió mercados nuevos, como India, que ya es oficialmente su país de mayor crecimiento.
Las interfaces lúdicas pueden desbloquear audiencias masivas, incluso para tecnologías sofisticadas. Y en un entorno donde todos los productos se parecen, el que logre emocionar —aunque sea jugando— gana terreno más rápido que el más técnico o funcional.
Porque a veces, el próximo gran avance empieza pareciendo solo un juguete.
Herramienta de la semana
Lex
Lex es un editor de texto impulsado por inteligencia artificial, pensado para quienes escriben con frecuencia —ya sea artículos, newsletters, informes o ideas sueltas— y quieren hacerlo más rápido, con más claridad y menos bloqueo mental.
Su gran ventaja no está solo en que "escribe por ti", sino en que te acompaña mientras escribes: sugiere frases, reformula párrafos, completa ideas y te ayuda a avanzar cuando te quedas atascado. Es como tener un editor invisible al lado, que entiende el tono, el contexto y el ritmo.
Lex también permite crear documentos estructurados, integrar referencias, revisar ortografía y estilo, y exportar el texto listo para publicar. Ideal si tu trabajo implica comunicar, pero no quieres pelearte con una hoja en blanco cada vez.
Útil, ligero, y centrado en lo esencial: pensar mejor y escribir más rápido.
Reflexión final
Esta semana lo hemos visto con claridad: la inteligencia artificial no avanza solo en laboratorios o papers técnicos. Se cuela en los flujos de trabajo, en los timelines y en los hábitos cotidianos. A veces entra como una herramienta invisible; otras, como un juguete que se vuelve viral.
Desde Grok superando a GPT-4.5 hasta Canva reinventando el diseño con voz y texto, la tendencia es clara: la IA deja de ser una promesa para convertirse en entorno. Algo que no se nota tanto por su complejidad, sino por lo natural que empieza a parecer.
La pregunta ya no es solo qué puede hacer la inteligencia artificial, sino qué tipo de relaciones, decisiones y estructuras está empezando a redibujar sin que nos demos cuenta.
El reto no es entender cómo funciona. Es entender qué cambia cuando empieza a formar parte de todo lo que haces.
— El equipo de Amplify
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